viernes, 3 de febrero de 2017

El Hombre del Mañana

Con frecuencia bromeamos que el mexicano es el Hombre del Mañana, porque todo lo deja para después. Creo que todos, al menos en algún momento de nuestra vida, lo hemos hechos. Lo curioso es que lo decimos como una característica de los mexicanos, vaya, siendo extensos de los latinoamericanos, y señalamos que ahí radica el problema de que nuestros países no sean de primer mundo. ¿Pues qué creen? Que las universidades del Reino Unido están muy preocupadas por este fenómeno que afecta a gran parte de sus estudiantes, e incluso de sus maestros. Y bueno, así como que Reino Unido sea del tercer mundo, pues como que no, al menos hasta ahora que no se han dejado ver los efectos catastróficos que auguraban después del Brexit.

Pero bueno ¿qué me dicen del macho mexicano? De ese que trata a la mujer como ser inferior y que pretende que lo atiendan a cuerpo de rey. Podemos decir que se da el quién vive con el macho gringo, que sin ser peor, tampoco canta mal las rancheras. Y es que, la verdad, como lo vimos en las recientes elecciones de Estados Unidos, podemos ver que no todo es Nueva York. Y si lo comparamos con el macho japonés, nuestros aguerridos machos son unos dandys a su lado.

Lo que pretendo señalar es la absurda costumbre de andar denigrando a nuestros compatriotas. Sólo vemos lo malo, y lo peor, lo señalamos como si fuera exclusivo de los mexicanos, y nos olvidamos de tantas cualidades que tenemos. Y no se trata de querer lavarnos el cerebro, como en épocas de Echeverría, que en las escuelas nos enseñaban que sólo México tenía lagos, bosques y tantos recursos naturales, que aunque es cierto que tenemos una gran diversidad, tampoco hay que exagerar con que México es el Jardín del Edén.

Dejémonos de señalar a los demás y bajemos de nuestra nube de soberbia al pensar que sólo yo, y un pequeño grupo nos damos cuenta de la realidad que acontece en el país. Dejemos atrás el “Despierta México”, frase más bien mamerta que demuestra un gran complejo de inferioridad, y enfoquémonos a mejorar el medio que nos rodea. Si nosotros cambiamos, los demás van a cambiar, y poco a poco se irá ampliando el círculo, pero sin ser un posser de la lucha social.


Dejémosle a Trump los descalificativos en contra de México y hagamos la parte que nos corresponde para que este país sea tan grande como debería ser.

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