Con frecuencia bromeamos que el mexicano es el Hombre del
Mañana, porque todo lo deja para después. Creo que todos, al menos en algún
momento de nuestra vida, lo hemos hechos. Lo curioso es que lo decimos como una
característica de los mexicanos, vaya, siendo extensos de los latinoamericanos,
y señalamos que ahí radica el problema de que nuestros países no sean de primer
mundo. ¿Pues qué creen? Que las universidades del Reino Unido están muy
preocupadas por este fenómeno que afecta a gran parte de sus estudiantes, e
incluso de sus maestros. Y bueno, así como que Reino Unido sea del tercer
mundo, pues como que no, al menos hasta ahora que no se han dejado ver los
efectos catastróficos que auguraban después del Brexit.
Pero bueno ¿qué me dicen del macho mexicano? De ese que
trata a la mujer como ser inferior y que pretende que lo atiendan a cuerpo de
rey. Podemos decir que se da el quién vive con el macho gringo, que sin ser
peor, tampoco canta mal las rancheras. Y es que, la verdad, como lo vimos en
las recientes elecciones de Estados Unidos, podemos ver que no todo es Nueva
York. Y si lo comparamos con el macho japonés, nuestros aguerridos machos son
unos dandys a su lado.
Lo que pretendo señalar es la absurda costumbre de andar
denigrando a nuestros compatriotas. Sólo vemos lo malo, y lo peor, lo señalamos
como si fuera exclusivo de los mexicanos, y nos olvidamos de tantas cualidades
que tenemos. Y no se trata de querer lavarnos el cerebro, como en épocas de
Echeverría, que en las escuelas nos enseñaban que sólo México tenía lagos,
bosques y tantos recursos naturales, que aunque es cierto que tenemos una gran
diversidad, tampoco hay que exagerar con que México es el Jardín del Edén.
Dejémonos de señalar a los demás y bajemos de nuestra nube
de soberbia al pensar que sólo yo, y un pequeño grupo nos damos cuenta de la
realidad que acontece en el país. Dejemos atrás el “Despierta México”, frase
más bien mamerta que demuestra un gran complejo de inferioridad, y enfoquémonos
a mejorar el medio que nos rodea. Si nosotros cambiamos, los demás van a
cambiar, y poco a poco se irá ampliando el círculo, pero sin ser un posser de
la lucha social.
Dejémosle a Trump los descalificativos en contra de México y
hagamos la parte que nos corresponde para que este país sea tan grande como
debería ser.
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