Empieza el 2017, y con él una pesadilla que tiene dos caras:
El aumento en el precio de la gasolina, mejor conocido como “el gasolinazo”.
La primer cara es la que nos toca a nosotros, los
ciudadanos. Es lógico que un aumento a la gasolina, y sobretodo uno tan fuerte,
va a traer un alza generalizada de los costos de diversos productos, así que la
excusa de que este aumento afectará a los que más dinero tienen, es una
falacia.
La otra cara es para el gobierno, en específico para Peña
Nieto. Si bien se sabe que no es el chico popular de la cuadra, pasar a ser el
más odiado del mundo, no es cosa fácil. Marchas, manifestaciones, insultos,
todo ese enojo que el pueblo ha ido guardando, y por ello se torna más
peligroso, va contra la figura presidencial. El secretario de Hacienda, José
Antonio Meade, quizás en un gesto solidario, y para que no se las lleve todas
su patrón, hizo una declaración por demás idiota, minimizando el asunto…lástima,
y tan bien que ibas.
Algunas de las medidas de protesta van de lo absurdo a lo ridículo.
“No hay que cargar gasolina del 1 al 3 de enero” Con sólo escuchar esa
propuesta a los miembros del gabinete se les espantó la leche. De verdad, una
medida que ni Voldemort ser atrevería a ejecutar. “Vamos a cerrar las
carreteras”. De acuerdo, esta sí es un poco más preocupante, pero ¿der verdad?
¿Y quiénes son los más afectados? Los automovilistas varados, que verán cómo se
consume su combustible, y que tendrán que cargar el tanque a un precio más
alto. Digo, con amigos así para qué quieren enemigos. Si de verdad querían golpear al gobierno, y no
sólo jugar al anarquista, podrían haber abierto las casetas, dejando el libre
tránsito de los coches, ¡eso sí que le pegaría al gobierno!, además de que no
fastidiarían al prójimo.
Después de haber leído distintas opiniones de expertos
financieros, puedo entender que esta alza era necesaria por múltiples motivos,
y que sí, en efecto, el dinero del subsidio a la gasolina se puede destinar
para otros proyectos sociales más importantes, claro, si pudiéramos confiar en
que no se lo van a robar. El punto es que, una vez más, queda de manifiesto la
torpeza política de Peña y sus asesores. ¿Por qué liberar los precios, así sin
más, sin que exista antes una explicación masiva y usando palitos y bolitas
para que a todos nos quede claro?
¡Ay, Peña! Ves que la niña es facilita y todavía le pones reggaetón.
De acuerdo... las propuestas para "darle en la madre" al gobierno parecen ideadas por niñitos berrinchudos... "pues mi papá es bombero y te moja..." o "dice mi tía que te va a castigar diosito si me molestas..."... lo peor es que inundamos las redes con esas tarugadas
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