Ya fue la ceremonia de El Grito. Breve, muy seria (como la
ocasión lo amerita) y acartonada. Vimos a un Peña tenso, nervioso de cometer
algún fallo y dando un Grito que no se sale del formato. Se le notaba la prisa
porque todo terminara.
El Zócalo estaba lleno, no a reventar, pero sí con bastantes
personas. Es cierto que en su mayoría fueron acarreados del Estado de México e
Hidalgo, pero también habrá ido gente que le gusta la pachanga per se. Obvio
que un jugo y un sándwich fueron motivo suficiente para aplaudir y gritar bien
fuerte, pero bueno, esa es la parte que aún nos falta por afinar como
ciudadanos serios y responsables que deberíamos de ser, y que estamos muy lejos
de lograr.
En redes sociales circuló la consigna de no asistir al
Zócalo ni a las plazas donde se daría el Grito. ¿En serio? En primer lugar, y
lo más obvio, si el Gobierno Federal ya sabía que la gente no iría, pues le
hacen el juego y es por eso que llena el Zócalo con personas afines. Si en
lugar de eso va una masa crítica y después de la ceremonia (durante los juegos
pirotécnicos) se dedica a fastidiar al preciso con consignas, pues otro gallo
nos cantaría. Pero no, somos muy malos y “los castigo” con mi ausencia ¡Por
Dios!, si de eso piden su limosna.
Ahora, también están los que argumentan que no hay nada que
celebrar. Bueno, si tú crees que el presidente es el gran Tlatoani, y que esta
ceremonia es para festejarlo, como pasaba con Porfirio Díaz, pues sí, tienes
razón en no asistir…aunque tus argumentos son erróneos. Habrá algunos más que
digan que no hay tal independencia. Ok, las empresas transnacionales tienen
secuestrado el comercio a nivel mundial, y muchas veces dependemos de las
decisiones de los dueños del dinero, pero ni Hidalgo, Allende, Aldama, y todos
los que participaron en los once años de lucha se partieron la madre para que
ahora salgas con poses intelectualoides de snob postmoderno. Si tanto te
molesta ¡haz algo, lucha! Y no sólo te quejes en las redes sociales.
Creo que tenemos mucho que festejar, la grandeza de nuestra
Nación, su historia, sus héroes y sus villanos; la forma tan sui géneris de ser
que tenemos, la alegría de la gente, el que, a pesar que el panorama político,
económico y social no es nada alentador, seguimos despertando cada mañana para
trabajar, ya sea por nuestro país o sólo por nuestras familias, pero
encontramos un motivo para vivir. Somos un país surrealista y un pueblo de
gente buena, en general, habrá sus excepciones. Yo por eso sí digo ¡Viva
México! (y emulando a Hidalgo) ¡Muera el mal gobierno!
Yo sí grité ayer VIVA MÉXICO... Porque, como dices, sí hay mucho que festejar y de lo que sentirnos orgullosos... Y como ejemplo, esos que nos levantamos cada día y hacemos nuestro trabajo, y lo hacemos con amor y con alegría, y ponemos nuestro ser en ello... Y por las familias y los amigos solidarios y amorosos que tenemos... Por nuestros colores y sabores... Por nuestro maravilloso sentido del humor (que no todas las culturas tienen)... Por un montón de cosas que vi hoy en un Whats que me llegó que habla de fuerza de trabajo, de bienes naturales, de tesoros patrimoniales...
ResponderEliminarPor nuestros profesionistas, nuestros artistas... por los trabajadores, los empleados, los campesinos... que se la juegan día a día... ¡Viva México! 🎉💥🎊